¿La tecnología está matando al amor? 

Las conversaciones tradicionales sobre el amor suelen enfocarse en el amor romántico.

El de las películas, el de Mario Bross motivado por un sentimiento inexplicable para vencer a Bowser y rescatar a su princesa. Pero en el mundo de la tecnología, ¿es posible siquiera ver el amor desde esta perspectiva?

Con un billón de usuarios y reacciones diarias a diferentes aplicaciones para encontrar pareja, pensaríamos que la gente no estaría preguntándose todavía: ¿Dónde está el amor?

De acuerdo con el profesor de filosofía: Richard Kearney, es posible que estemos viviendo en una época de “excavación” en la que nos estamos obsesionando con el cuerpo en formas que no involucran al cuerpo.

Uno de los principales problemas con sitios para conocer gente en Internet es que están enfocados en avatares digitales, es decir: representaciones de la realidad que están despojadas del cuerpo físico, alejadas de las interacciones espontáneas a cambio de interacciones previamente diseñadas basadas en un algoritmo. Kearney argumenta que lo que estamos creando es el amor hacia la ausencia misma de una persona, donde nos sentimos atraídos a la simulación de alguien, similar a lo que sucede en la película Her.

La idea detrás de estas aplicaciones no son radicalmente nuevas, la diferencia primordial es que el riesgo de ser víctima del rechazo se anula completamente. No tener que exponerte al hecho de que tal vez una persona nunca te llame o no tenga interés en salir contigo, no es solamente conveniente, también remueve el elemento de vulnerabilidad en la ecuación de las relaciones.

En el libro Elogio del amor, el francés Alan Badiou argumenta que el problema de buscar pareja online es amor libre de riesgo, pero también la creencia de que la gente puede “precondicionar el amor” y filtrar cualquier rasgo o característica no deseada. Eliges rangos de edad, de distancia, creencias religiosas y hasta estatura. Es un poco como la película de Weird science: puedes diseñar a tu pareja antes de haberla siquiera conocido, elimina el factor del azar en el que casi se pierde la oportunidad de enamorarte de una persona distinta a lo que tenías ya en mente.

Esto significa que la gente tiende a interactuar de forma narcisista, dan derecha o izquierda basados en su idea preconcebida de con qué tipo de persona quieren estar para así no impactarse por otra persona, las interacciones narcisistas están más concentradas en el amor a uno mismo y encontrarte a ti mismo en el otro.

“El amor es como tener dos instrumentos musicales que son completamente distintos en tono y volumen, pero que misteriosamente convergen cuando son interpretadas por un talentoso músico en el mismo lugar”. Alain Badiou.

El amor es sobre la radical posibilidad de no saber lo que vendrá, la posibilidad de estar expuesto a cambiar completa e inesperadamente por otra persona. La idea de que todos deberíamos estar esperando por la persona ideal con la historia Shakespeareana de por medio es idealista e irreal.

La tecnología es tan buena o mala como las personas que la utiliza y sería poco inteligente minimizar el amor simplemente por la forma en que la conoces. Para comenzar, existen muchos obstáculos para que una pareja pueda lograr un grado significativo de empatía, la tecnología puede verse como un desvirtuador o facilitador del amor.

Alejandro Jodorowsky suele decir, “entre hacer hacer y no hacer, haz”. Así que hazle caso al escritor chileno y date una oportunidad, si sientes que se pierde la magia, abandona esta tecnología. Finalmente, buscar el amor es más valiente que simplemente esperarlo.

Ahora que eres más consciente de que la tecnología está matando casi por completo las relaciones personales, sabrás que no naciste loco, solo es culpa del mundo y el Internet.